Estoy seguro que tú te amas y, por lo mismo, no quieres sufrir. Por
eso te conviene repetir estas afirmaciones una y otra vez:
- Soy
un ser de amor, soy un ser de luz, soy un ser de paz. Soy parte de
Dios, soy un milagro.
- Soy consciente
de mis dones y mis límites, me acepto como soy y
acepto a los demás así como son.
-
Respeto a los otros y no interfiero en su destino, dejo
que sigan su propio camino, aunque no me guste.
- Amo
en el aquí y el ahora, por eso destierro la
culpa y el odio, me perdono y perdono de corazón.
-
Confío, sé que puedo esperar lo mejor de mi fe y lo
peor del miedo y la desconfianza.
- Vivo
para servir y brindo a todos un amor incondicional. Sé que hay más alegría en dar que en recibir.
- No dejo que mi
felicidad dependa de nada externo ni de nadie,
solo del amor que soy y de mi paz interior.
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