1. Meditar es entrar al interior, sintonizar con Dios, estar en su presencia, amarlo y sentirte amados por Él.
2. Es puro ejercicio de amor en silencio y en un sitio sereno, no de técnicas que en muchos casos solo aprisionan y asfixian.
3. Sirve cerrar los ojos y ayudarse con una música relajante. Busca las de Deuter o Mike Rowland. Es bueno meditar en grupo.
4. Mejor que poner la mente en blanco es visualizar hermosos paisajes y hacer poderosas afirmaciones diarias.
5. Meditas y fluyes al profundizar un texto espiritual, una bella plegaria o un hecho de la vida.
6. La respiración es clave y debe ser acompasada, profunda y consciente. Se logra con práctica.
7. Los mantras ayudan. Puede ser el tradicional Om, el Amén, repetir el nombre de Jesús o agradecer.
Meditar debe ser un hábito, no un simple salvavidas en las crisis. La meditación te conecta con Dios, te da paz y lleva a la iluminación.
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