“Envejecer
es un mal vicio que no se pueden permitir los que andan muy ocupados” (André
Maurois)
Como no todo el mundo tiene tiempo o ganas de escribir
novelas o de tocar el violín, vamos a ver las claves para mantener el cerebro
joven a cualquier edad.
Hay
siete cosas que todo el mundo debería hacer para que su centro de operaciones
no vea menguado su rendimiento:
1.
Ejercicio. Según los especialistas en terapias antiaging, el mejor
tonificador del cerebro son las zapatillas de deporte, ya que mejora el ritmo
cardiaco y, por tanto, la circulación de la sangre. Un cerebro bien irrigado mantiene en buen estado
las conexiones entre
las neuronas, que son esenciales para el pensamiento. Por tanto, el
ejercicio suave suministra más sangre y oxígeno a nuestro tejido cerebral,
evitando que se deteriore.
2.
Buena alimentación. El consumo de alimentos ricos en antioxidantes
–frutas y verduras, legumbres, frutos secos, té verde– no sólo ayuda a prevenir
el cáncer, sino que neutraliza los temidos radicales libres que envejecen el
cerebro. Una dieta demasiado grasa, además, puede derivar en presión arterial alta,
diabetes, obesidad o colesterol, los cuales dificultan el riego sanguíneo
también en el cerebro.
3.
Aprender siempre. Aunque nuestra materia gris empieza a envejecer a los
30 años, un aprendizaje constante permite mantener la agilidad. Para ello debemos
procurar a la mente ejercicios y nuevos desafíos.
4.
Mantener la calma. Un investigador de la Universidad de Washington,
asegura "que el
estrés puede dañar los procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria".
En especial, el estrés crónico debilita la región del cerebro denominada
hipocampo, donde se forma y consolida la memoria.
5.
Dormir suficiente. Un estudio llevado a cabo en Harvard con estudiantes
de matemáticas demostró que un buen descanso nocturno duplicaba la capacidad de
los participantes para resolver problemas planteados el día antes. Esto se debe
a que, mientras dormimos, el cerebro se mantiene activo y tiene tiempo de
sintetizar lo que ha aprendido con anterioridad. La expresión “voy a consultarlo con la almohada” tiene,
por tanto, mucho sentido.
6.
Reír. El humor estimula la generación de dopamina, una hormona y
neurotransmisor que nos hace “sentir bien”. La risa nos ayuda a relativizar
nuestras preocupaciones, con lo que evitamos que nuestra mente se ancle.
7.
Aprovechar la experiencia. Lo bueno de hacerse mayor es que atesoramos
un archivo con millones de situaciones que nos proporcionan criterio. Esta
información podemos aprovecharla para afrontar problemas –nuestros o de otras
personas– para los que una persona joven no está preparada.
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