Para
no estancarse hay que romper paradigmas, aunque eso lo condenen los sistemas.
Un ejemplo lo da Guérassim Dichliev,
discípulo del mimo Marcel Marceau quien habla a veces en la escena.
"La
poesía de Marceau era silenciosa -dice-, pero se debe hablar para expresar lo
que el silencio no logra".
Y agrega: Es difícil ser mimo, pero en la dificultad es cuando
se debe dar más de uno mismo para superar obstáculos.
Dichliev encantó a los colombianos y
dijo: Si haces bien las
cosas, lo que la vida te devuelve también es bueno.
Algo más: "Si los países dedicaran el dinero de la guerra para
financiar el arte, se acabarían todos los problemas.
Es
bueno aprender de los que no se someten a reglas rígidas
y cuestionan lo que se impone como permanente.
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