Tu
vida puede ser un triunfo a pesar de las derrotas, la de algunos es un fracaso
a pesar de ciertos triunfos.
Hay victorias pírricas, con un pobre
alcance material, que se
consiguen a costa de los más caros principios y de la paz interior.
Por eso pregúntate siempre: ¿A costa de qué gano más dinero?
¿A costa de qué tengo
poder o fama?
Pide
a Dios su luz y te podrás sustraer a los halagos del
poder, el placer y el
poseer, desligados del verdadero amor.
Toma conciencia, despierta y crecerás en el amor puro sin
buscar sustitutos que te dejan insatisfecho.
No es fácil sustraerse al embrujo de lo material, pero
esa es tu tarea y tu mejor desafío.
La luz brilla en el espacio del Ser y solo allí se disfruta lo que se
tiene sin caer en un consumismo ilimitado.
Rico
no es el que más tiene, sino el que menos desea.
Por eso hay tantos ricos pobres y muchos
pobres ricos.
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