Hoy
te quiero alabar, Señor,
y no
sé, no sé como empezar,
no
encuentro palabras para Ti, Oh Papá.
En
mis ojos sólo hay tristeza,
en
mis labios, sólo amarguras,
en
mi vida y en todo mi ser: soledad.
AYÚDAME SEÑOR,
TÚ QUE ERES LA LUZ DE MI VIDA,
EL FARO QUE ME GUIA, POR ESTA OSCURIDAD.
AYÚDAME SEÑOR, TU QUE SANAS LAS HERIDAS
DE MI ALMA Y LLENAS MIS VACÍOS
COLMÁNDOLOS DE AMOR.
Te soltaste de mi mano, querido hijo
y cambiaste, cambiaste de camino,
buscando otros destinos;
te volviste a equivocar.
Cuantas veces me engañaste y a
Mis palabras cerrabas tus oídos
y hoy vuelves a Mí arrepentido,
dispuesto a cambiar.
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