La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria
orienta a la población sobre las picaduras de garrapatas, y se especifica que no todas transmiten enfermedades
y no pican a los humanos, solamente que aquellas que están infectadas.
En un documento denominado Guía de Actuacion ante
Picadura de Garrapata señala
que con frecuencia aparece una lesión cutánea más extensa (celulitis, úlcera
necrótica) que puede requerir tratamiento local, cuando sufre una picadura de
garrapata.
Las
picaduras de garrapata constituyen un motivo de consulta muy frecuente, sobre
todo en la época de calor. En general, tras la picadura se produce una
lesión local leve autolimitada (pápula pruriginosa, eritema) que no requiere asistencia
sanitaria.
Se explica que no todas las garrapatas transmiten enfermedades, ni pican a humanos y
solamente existe una cierta especificidad y cada especie de garrapata
transmite (en el caso de que esté infectada) un determinado agente patógeno.
En España, las enfermedades infecciosas transmitidas por
garrapatas (EITG) más frecuentes son la fiebre botonosa o exantemática mediterránea y la enfermedad de
Lyme y Debonel/Tibola; otras menos frecuentes son la anaplasmosis humana
o la babesiosis.
Además, de forma esporádica se han descrito casos de
tularemia y fiebre de Crimea-Congo. Aunque no se haya detectado ningún caso,
existe también el riesgo potencial de transmisión de otros patógenos como
Candidatus Neoehrlichia mikurensis y Borrelia miyamotoi.
Las
características clínicas y epidemiológicas de las infecciones trasmitidas por
garrapatas son: fiebre, malestar general, cefalea, artromialgias e inyección
conjuntival.
2ª fase (tras 3-5
días): exantema maculopapuloso diseminado (palmas y plantas). Mancha negra: lesión ulcerosa,
con escara necrótica y halo eritematoso (hasta 75% casos).
Si
un paciente que acude con una picadura de garrapata se le explicará que el
riesgo de desarrollar una enfermedad es mínimo, y solo en el caso de que
presente signos y síntomas ya señalados.
En todo caso se le invitará a que mantenga la observación durante 4 semanas
desde la fecha de la picadura (el máximo periodo de incubación de las EITG es
de 32 días), indicando que si
aparecen manifestaciones clínicas debe acudir a su médico.
Si
la garrapata se encuentra anclada a la piel se la extraerá cuidadosamente con
pinzas; nunca se
debe tirar la garrapata; no esperar a que se desprenda y eliminarla, porque puede ser una muestra
clínica de gran valor y orientar las posibilidades diagnósticas.
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