Una
vez, Siddharta Gautama, aquel hombre al que le llamaban Buda, caminaba por un
pueblo con sus alumnos, donde vivían opositores del budismo
La gente del pueblo rodeó a Buda y a sus alumnos y
comenzaron a insultarlos
En
respuesta, los estudiantes de Buda también comenzaron a revelarse y a
responderle de manera violenta
Pero
la presencia de Buda los tranquilizó.
El Buda pronunció unas palabras, las cuales confundieron
no solo a los estudiantes sino también a los aldeanos.
Se volvió a sus estudiantes , y les dijo: "Me han decepcionado
Estas personas están haciendo su cosa
Ellos están molestos
Ellos
piensan que soy un enemigo de su religión,de su moral y de sus creencias
Estas personas me están insultando y es obvio
Pero
¿Por qué ustedes están enojados? ¿Por qué permiten que estas personas los
manipulen? Ahora ustedes dependen de ellos, por lo tanto no son libres.
La gente del pueblo se quedó completamente perpleja, y le
preguntó a Buda: "Pero
si nosotros te estamos insultando, ¿Por qué no estás enfadado con
nosotros?"
Buda sonrió, y les dijo: "Ustedes son personas libres, y lo que hacen, es su
incumbencia
Yo
también soy una persona libre y dueño de mis propias acciones, es por
eso que tengo mi propio derecho
de no reaccionar a la manipulación y estar libre de la ira".
REFLEXIÓN:
Dónde
está tu atención y pensamiento, está la conversión del sentimiento.
Quien quiere dañar a otro por su sentir enfermo, se daña
a sí mismo.
Cada quién dá lo que tiene en su corazón.Si se permite
que el enojo se convierta en ira, la ira destruye la quietud descubierta y
acumulada, devasta en un instante lo que se ha logrado en años.
Por
esto y más: "a palabras necias, oídos sordos".
Bendice, Bendice, y no te canses de Bendecir...
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