Un estudio demuestra que, aunque las
personas no lo noten, sus personalidades están cambiando.
Estudios
demuestran que los años
cambian aquellas decisiones que creíamos geniales en la juventud.
Muchas
personas han usado alguna vez el popular refrán “genio y figura hasta la sepultura” para referirse
a que las características que las hacen únicas las acompañarán hasta la tumba.
Pues a juzgar por recientes investigaciones llevadas a
cabo por psicólogos, no podrían estar más equivocadas. Dichos estudios
demuestran que, aun cuando la gente no lo note, su personalidad
cambia a medida que los años pasan.
Esa
es la razón por la cual, por ejemplo, decisiones que uno considera geniales en la juventud, como tatuarse
o casarse en forma apresurada con alguien que en ese momento considera el amor
de su vida, se transforman en arrepentimiento en la madurez. Los casos abundan.
Precisamente,
un reciente estudio publicado en la revista Science, llevado a cabo por un profesor
de psicología de la Universidad de Harvard, descubrió que, a pesar de que la mayoría de las personas son conscientes de que sus
vidas han cambiado en la última década, no creen que ese cambio haya sido
constante. Es decir, piensan que como son hoy lo serán también en el
futuro.
Piénselo
bien...
Algunas determinaciones que toma la
gente cuando es joven son intuitivas. “No pensamos en las consecuencias más allá, pero luego de unos años, cuando
reflexionamos, puede llegar al arrepentimiento, precisamente porque eso
ya no hace parte de su personalidad”.
Cuanto más viejas se hacen las
personas, menos piensan que van a cambiar con el tiempo.
Cuando
las personas entran a los 50 o 60 años tienen una crisis de valor que los
confronta con la muerte. “En
la sexta década sentimos que llevamos el ‘equipaje final’ y muchos estudios han
demostrado que la personalidad es menos maleable a esa edad que cuando somos
jóvenes”.
La gente considera el presente como un
momento decisivo y piensan que como son ahora lo serán por el resto de sus
vidas, y aunque los valores y la personalidad tienden a ser más estables con la
edad, las personas subestiman los cambios en sus personalidades futuras.
Podemos
ver que las personas tienen diferentes tipos de apertura; los más conservadores
se les miden menos a nuevas experiencias, mientras que los más abiertos pueden
tomar decisiones en una época de su vida y después pensar que no fue lo mejor
para ellos, pero se arriesgaron.
En
otro de los estudios, los investigadores encontraron que las personas no logran predecir sus
gustos dentro de una década ni saben con certeza si sus amigos seguirán siendo
los mismos en unos años. Esto es una condición evolutiva, si usted
planeara decisiones que van más allá de su control de información inmediata,
sería un desgaste. Las
personas planean con base en sus condiciones actuales.
Las
creencias son las representaciones que tenemos sobre los demás, sobre nosotros
mismos y los eventos.
Hay
dos teorías: una que es fija y otra que es maleable, que es la que más se
relaciona con las creencias, pues estas se actualizan conforme se viven
experiencias, se conocen personas o se viven eventos que nos afectan. Por esta razón es que, por
ejemplo, usted tiene una visión sobre determinada persona y puede pensar que
nunca sería su amiga, pero una vez la conoce se actualiza esa
definición, y puede cambiar de parecer.
Ese también es un cambio de
personalidad
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