Yo
era un joven cuando mi padre me enseñó este poema por primera vez, y ahora que
he abierto este sitio el cual es dedicado a la superación personal y desarrollo
humano, a muestras literarias inspiradoras de historias cortas y poemas
de grandes autores y de nuestros lectores, este poema definitivamente no podía
faltar.
Este
poema fue escrito en 1909 por el escritor Rudyard Kipling, que aunque
nació en Bombay, India; vivió toda su vida en Inglaterra hasta el año 1936.
Rudyard Kipling ganó el Premio Nobel de Literatura en 1907 por sus aportaciones
al acervo literario del mundo al escribir "El hombre que quizo ser
rey" (1889), (1894) y "Kim" (1901).
SI
Puedes
conservar tu cabeza, cuando a tu rededor
todos
la pierden y te cubren de reproches;
Si puedes tener fe en ti mismo, cuando duden de ti
los demás hombres y ser igualmente indulgente para su
duda;
Si
puedes esperar, y no sentirte cansado con la espera;
Si puedes, siendo blanco de falsedades, no caer en la
mentira,
Y si
eres odiado, no devolver el odio; sin que te creas,
por
eso, ni demasiado bueno, ni demasiado cuerdo;
SI
Puedes
soñar sin que los sueños, imperiosamente te dominen;
Si puedes pensar, sin que los pensamientos sean tu objeto
único;
Si
puedes encararte con el triunfo y el desastre, y tratar
de
la misma manera a esos dos impostores;
Si
puedes aguantar que a la verdad por ti expuesta
la
veas retorcida por los pícaros,
para
convertirla en lazo de los tontos,
O contemplar que las cosas a que diste tu vida se han
deshecho,
y agacharte y construirlas de nuevo,
aunque sea con gastados instrumentos!
SI
Eres
capaz de juntar, en un solo haz, todos tus triunfos
y
arriesgarlos, a cara o cruz, en una sola vuelta
Y si
perdieras, empezar otra vez como cuando empezaste
Y nunca mas exhalar una palabra sobre la perdida sufrida!
Si
puedes obligar a tu corazón, a tus fibras y a tus nervios,
a
que te obedezcan aun después de haber desfallecido
Y que así se mantengan, hasta que en ti no haya otra cosa
que la voluntad gritando: ?persistid, es la orden!!?
SI
Puedes
hablar con multitudes y conservar tu virtud,
o
alternar con reyes y no perder tus comunes rasgos;
Si nadie, ni enemigos, ni amantes amigos,
pueden causarte daño;
Si
todos los hombres pueden contar contigo,
pero
ninguno demasiado;
Si
eres capaz de llenar el inexorable minuto,
con
el valor de los sesenta segundos de la distancia final;
Tuya
será la tierra y cuanto ella contenga
Y
-lo que vale más- serás un hombre! hijo mío!
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