El abuso de grasas saturadas como
lácteos enteros, mantequilla, manteca, embutidos....
El estrés, los antecedentes familiares
y la edad contribuyen al colesterol.
El colesterol es una sustancia natural
que se encuentra en nuestro cuerpo, y es esencial para muchas funciones del
mismo. En
su gran medida se crea de forma natural, y una mínima parte de él, procede de
la alimentación. Por ello, es muy importante cuidarla y con voluntad y esfuerzo
el impacto negativo de éste puede disminuir.
El
nivel óptimo de colesterol
Existen dos tipos de colesterol: el
bueno (HDL) y el malo (LDL). Se mide en miligramos en sangre y hay tres cifras
importantes a tener en cuenta:
200 miligramos en sangre son los que se
debe tener de colesterol total.
Por debajo de 130 miligramos se debe mantener el colesterol
malo (LDL).
Por encima de 40 miligramos se debe
mantener el colesterol bajo (HDL).
Comer frutas y verduras, realizar
deporte y comer fibra te liberarán del colesterol negativo que el cuerpo no consigue eliminar, pudiendo
acumularse en las arterias.
Motivos
por los que puede aparecer el colesterol malo (LDL).
La razón más frecuente por la que el
nivel de colesterol malo en sangre aumenta es por el abuso de grasas saturadas;
lácteos enteros, mantequilla, manteca,
embutidos, etc.
Sustituir estos productos por productos con grasas insaturadas, puede ayudar a
alcanzar los niveles óptimos de colesterol.
Además,
otros motivos de la subida del colesterol pueden ser; antecedentes familiares con niveles altos de
colesterol, la edad, la falta de ejercicio diario, el sobrepeso o
problemas de tiroides o renales.
El estrés también contribuye al aumento
de colesterol malo,
según los últimos estudios. Hábitos contra el estrés, como el consumo de comida basura, el alcohol o el
tabaco, pueden contribuir a la enfermedad. Por lo que hay que sustituirlos por el ejercicio
físico, la comida sana y la práctica de técnicas anti estrés y relajación.
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