Había una vez una pareja que aún mantenía vivo el fuego del amor,
pero se enredaban con peleas y disgustos frecuentes.
Vivían en el norte de Vietnam y un día un
pariente de ella los llevó a un monasterio a conversar con un monje budista.
Este Guía los escuchó, les hizo preguntas inteligentes y les enseñó a
relajarse y a meditar.
En un estado sereno ellos vieron cuánto se amaban y
cómo estaban arriesgando su relación por falta de interés y cuidado.
En especial fueron conscientes de que dedicaban poco tiempo a mejorar
su relación y se enfrascaban en discusiones tontas.
También permitían que distintas acciones
pequeñas los alejaran por
no darles la suficiente importancia a los detalles negativos.
De hecho, el sabio les pidió caminar un rato
con unas piedritas dentro de sus zapatos y para ellos eso fue horrible.
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