Es
probable que estés convencido de que debes cuidar tu cuerpo pero tengo más
dudas de que tengas ese convencimiento acerca de cuidar tu mente.
Muchas veces creemos que la mente se
cuida sola, que ya está programada para funcionar correctamente sin hacer nada. Y eso es sólo verdad
hasta cierto punto. Somos producto de una larga evolución que favoreció unas
adaptaciones que nos ayudan a reproducirnos con éxito. Para eso hemos de sobrevivir el tiempo
suficiente para aparearnos, reproducirnos y apoyar la supervivencia de nuestros
hijos. Y pasado ese período, la evolución no se preocupa mucho más de
nosotros. Eso nos da como unos cuarenta años de vida redundante.
Dicho
de otro modo, tenemos un
cerebro programado para sobrevivir, buscar un cierto bienestar y tratar de
reproducirse. Y nos encontramos con una vida, si todo va bien, que puede
durar unos 80 años en un entorno con unas demandas bastante más amplias que esa
programación genético- instintiva con la que venimos programados de serie. De ahí gran parte de nuestros
malestares “psicológicos” y sentimientos de insatisfacción.
La
buena noticia es que la evolución también nos ha dotado con una enorme capacidad creativa que nos permite
encontrar otros modos de tener esa mente sana que es la base sobre la
que se sustenta la felicidad y nuestro bienestar emocional.
Veamos
pues algunas maneras de cuidar tu mente:
1. Alimentación equilibrada. El alimento es el
combustible del cuerpo y de la mente. Si quieres que tu cuerpo y tu mente
funcionen correctamente, dales un buen combustible. Y evita en lo posible el
comer por comer.
2. Ejercicio físico. Uno de los efectos
más importantes del ejercicio físico es sobre tu bienestar emocional. Para ello
se necesita un ejercicio
de intensidad moderada practicado de tres a cinco veces por semana. No
tendría que asustarte esa frecuencia
porque se ha visto que simplemente caminar durante unos 20 minutos al día,
cinco días a la semana, es suficiente para notar efectos beneficiosos en tu
estado de ánimo.
3. Evitar hábitos nocivos. El alcohol, tabaco, drogas,
abuso de fármacos o exceso de estimulantes son hábitos muy perjudiciales
para tu salud física y mental. No puedes tener una mente equilibrada si le vas
dando sacudidas con sustancias tóxicas. Si tienes alguno de estos hábitos,
plantéatelo e inicia los pasos necesarios para dejarlo.
4. Dormir suficiente. No te prives de horas
de sueño continuamente. Dale a tu cuerpo el descanso que necesita. Varios
estudios han demostrado que la
falta de sueño te vuelve irascible y más propenso al estrés.
5. Relaciones sociales. Vivir en sociedad y relacionarte
con los demás, te beneficia de múltiples maneras: mejora tu humor, te protege
de la depresión, ayuda a prevenir el Alzheimer, te favorece a la hora de
trabajar en grupo, etc.
6. Ampliar el mapa mental. Es un tema del que he
hablado en múltiples ocasiones, sólo recordarte que permitir que tu mente se amplíe y sea más
flexible te previene incluso del envejecimiento. Y sobre todo del
anquilosamiento que muchas veces observas en ciertas personas.
7. Aprender nuevas cosas. Un cerebro que aprende es un
cerebro que se mantiene joven. Lee, aprende un idioma, practica un
hobbie, viaja, explora nuevos lugares, haz un curso, contacta con gente
distinta… las posibilidades de aprendizaje son infinitas. Y puedes utilizar los
diferentes niveles de conocimiento para chequear en que fase estás de tu
aprendizaje.
8. Reír más. La risa es un potente
analgésico, aumenta nuestro sistema inmune y nos llena de endorfinas. Por
eso, trata de reír más y mejor.
9. Ir al psicólogo. Tendemos a pensar que
ir al psicólogo es para solucionar problemas o por tener más dificultades que
la mayoría de la gente. Pero aunque eso sea
a veces cierto, uno de los objetivos principales es cuidar tu mente para que te de ese sustrato que
te permita ser más feliz. Los que no van, no tenemos ninguna garantía de
que estén mejor de base que los que van. Eso es una idea errónea. Como lo sería
pensar que ir a un gimnasio es porque estás peor de forma física que los que no
van. Es una manera más de
cuidarte y valorarte a ti mismo. No la menosprecies.
10. Eliminar entornos y personas
tóxicas. Huye de los ambientes que te
restan energía y de las personas que te anulan, te bajan la autoestima o te
hacen sentir mal de alguna manera. No siempre es fácil elegir con quien
relacionarnos, pero hay que intentarlo. Ten cuidado con las personas que cuando
se van te dejan en un estado de bajo ánimo y baja energía.
11. Contacto con la naturaleza. La naturaleza es un bálsamo para
nuestra mente y nuestro espíritu. No hace tanto que evolutivamente
salimos de la vida en entornos naturales y nuestro cerebro mantiene una especie
de añoranza de la naturaleza. Por eso tratamos de reproducir el biotipo en
nuestras casas: plantas, animales, etc… Trata de salir a la naturaleza por lo
menos una vez por semana. Y
a poco que puedas, ten una mascota.
Creo que con estos consejos te he dado
ya bastante tarea para revisar en qué punto estás y cuánto quieres mejorar y
cuidar tu mente. Tu mente te acompañará el resto de tu vida y es una buena idea
que sea tu mejor aliada y amiga y no el enemigo a abatir.
Que
sea un lugar en donde descansar y una herramienta útil cuando quieras
planificar o crear algo nuevo. Como dice Ronald D. Siegel, la felicidad es posible, pero
opcional. Conviértala
en tu opción prioritaria. Como
dicen los maestros budistas: Los
maestros son quienes se han superado a si mismos y la maestría consiste en el
dominio de la mente. Cuando
la mente se convierte en tu fiel servidor, el mundo entero estará a tu
servicio.
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