Un sabio guía quiso mostrar a un
discípulo irascible los tremendos estragos de su ira explosiva y le dijo cierto
día:
Aprende
algo valioso, acá tienes un hermoso papel de regalo que está nuevo, tómalo y estrújalo
lo más que puedas.
El
discípulo, bastante extrañado, obedeció, dobló varias veces el lindo papel e
hizo una bola con él. Entonces el maestro le dijo:
Ahora déjalo como estaba antes y, al
ver que no podía, agregó. Muy bien, así lo ves más claro, el corazón de las
personas es como ese papel y no imaginas cuánto lo puedes lastimar.
Una
palabra dura, una traición o un agravio son más difíciles de arreglar que las
arrugas en este papel.
Aprende
a estar con Dios en paz, y a controlarte. Ora, crece en comprensión y no
rasgues el corazón de los que amas.
Sé compasivo, crece en autocontrol y
mide las consecuencias de tus acciones porque hay heridas que difícilmente
cicatrizan.
Ese
discípulo se dedicó a meditar más, a controlar su carácter visceral y, con el
tiempo, llegó a ser un ser apacible y bondadoso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios