El camino de la persona inconsciente
siempre acaba mal, como un montón de leña devorado por el fuego.
Por eso
crea cada día espacios de
paz y armonía y entra mucho en tu interior buscando sabiduría.
Examina tus acciones, reconoce tus vacíos y dedícate a arrancar las malas hierbas de tu alma.
La sabiduría es un don de Dios para aquellos que lo aman y lo
buscan con sincero corazón.
Eres sensato si sabes callar y
controlas tus instintos,
si procuras la justicia y caminas
en la verdad.
El
sabio no se quema en las brasas del odio, perdona y trata a todos con infinita
compasión.
El sabio actúa con desapego y sabe que
todo es prestado y que no llevamos nada a la tumba.
Vive unido a Dios y, con su Espíritu,
serás más rico que los que atesoran riquezas.
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