Tenemos
una carga de energía asignada, Armstrong le llamaba los latidos contados de
cada cual; es nuestra responsabilidad utilizarla con medida y no
desperdiciarla.
Somos conductores de la fuerza Divina, tendremos acceso a
ella siempre y cuando empecemos un proceso de desarrollo personal que nos ayude
a eliminar estas interferencias:
1. Deja
ir a personas que sólo llegan para compartir quejas, problemas, historias
desastrosas, miedo y juicio de los demás. Si alguien busca un cubo para
echar su basura, procura que no sea en tu mente.
– Si eres tu quien se queja frecuentemente, pon atención
para aprender a relacionarte de otra manera.
Paga
tus cuentas a tiempo. Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige
dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle. Las deudas no caducan con el tiempo,
aunque la ley te proteja; sé responsable, es mejor hacer un plazo de céntimo a
céntimo, que perder tu preciada energía y tu palabra.
2.
Cumple tus promesas. Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes
resistencia. Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte, a
compensar, a renegociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa no
cumplida; aunque no como costumbre. La forma más fácil de evitar el retrasar
algo que no quieres hacer, es aprender a decir NO desde el principio.
– Si eres de las personas a las que les cuesta trabajo
decir "no" por sentir vergüenza o miedo de que se molesten contigo,
mira el costo que has pagado a lo largo de tu vida y anímate a pedir ayuda
psicológica para que no sigas igual los próximos 20 o 40 años de tu vida.
3.
Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer y dedica
tu tiempo a hacer las que sí disfrutas. Aunque no debes de huir de
responsabilidades y no todo el tiempo es factible, muchas veces por puro
control o por no darnos el permiso, seguimos perdiendo tiempo en nimiedades y
abandonando lo verdaderamente significante en nuestras vidas.
4.Date
permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas y date
permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad. La naturaleza, tiene
ritmos y tu vida también. No actuar en el momento erróneo te quita energía y no
parar cuando lo necesitas, también.
– No descansar lo suficiente puede afectar tu salud si lo
haces por periodos prolongados.
5.
Tira, recoge y organiza, pues hay pocas cosas que te roban más energía que un
espacio desordenado y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas. Uno
por uno, toma cada papel, cada recuerdo y hasta cada sueño y elige.
6.Da
prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al
máximo, no puedes hacer mucho. Toma sol por las tardes, medita, respira, báñate
en el mar, haz ejercicio en la naturaleza, escucha tu cuerpo y elimina las toxinas.
Haz una cita médica y mira si te faltan minerales o vitaminas. Aliméntate con
comidas orgánicas (sin pesticidas) y frescas; trabaja en la prevención para
evitar la crisis de una enfermedad (aviso de un cuerpo sin energía).
7.
Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando, desde rescatar a un amigo
o a un familiar, hasta tolerar acciones negativas de una pareja; y toma
la acción necesaria. Resignarte a una situación y sentirte que no tienes
control, sólo conseguirá drenarte.
–
Identificar situaciones tóxicas es relativamente fácil, pues es muy
común que exista otra persona involucrada y en tu mente te dices algo como:
"Si tan sólo esta persona cambiara…" y con ese pretexto, sigues
enganchad@ ahí.
8.
Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir
y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
Entregar
a Dios, siempre puedes elegir tu camino y fluir sin apegos hasta llegar a tu
orilla a salvo.
9.
Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor, siempre puedes
elegir dejar el dolor del recuerdo.
– Especialmente, perdónate, pues seguro tu, como todos
los seres humanos, te has equivocado muchas veces y eso duele, pero reprocharte
sólo te desgasta. Empieza a perdonarte hoy.
10.
Alimentar tu relación con Dios y su amor es la fuente más grande de energía,
mientras que los miedos, la vergüenza, la culpa, el rencor y la ira son los
bloqueadores más frecuentes. Enfócate en el presente, pues vivir en el pasado o
vivir en el futuro sólo te drenan tu energía.
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