En
algunas tribus africanas se creía que la cobardía se curaba comiendo corazón de
león. La verdad es que hay mejores remedios para vencer
los miedos, dominar las dudas y perseverar.
Hay
que alimentar a diario la fe, renovar la esperanza, tener iniciativa y asumir
riesgos de un modo gradual. Quien aprende a controlar su mente sale adelante y deja
de actuar como un ser amedrentado.
En efecto, es en la mente donde uno incuba los temores o fundamenta
una confianza indestructible. En este sentido es muy poderoso el
“diálogo interno” en el que usted se fortalece más y más.
Sí, háblese a sí mismo para creer, no para
dudar. Elija enfrentar la
realidad sin retirarse e insistir sin claudicar. Usted cree cuando cree
que puede y se ve lleno de energía y osadía.
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