Muchas veces a nuestra mente vienen pensamientos
negativos que no logramos descifrar y pueden llegar inclusive a preocuparnos
dada su naturaleza descabellada, cuando tenemos altos niveles de estrés y de ansiedad,
estos pensamientos pueden tener mayor presencia en nuestra mente.
Qué hacemos
normalmente ante los pensamientos negativos? Pues básicamente estamos acostumbrados a identificarnos
con nuestra mente, y lo primero que hacemos es engancharnos al pensamiento
negativo, esto a través de nuestra respuesta emocional, que básicamente
generamos al rechazar ese pensamiento, preocuparnos por su naturaleza o
cuestionándonos por haber podido pensar eso o no poder sacar esa idea de
nuestra cabeza.
Imagina que tus pensamientos son unas nubecitas
flotando constantemente a tu alrededor, son miles, principalmente cuando
estamos agotados, cualquier
pensamiento catastrófico puede llamar nuestra atención, acercando a esa nube más a nuestra cabeza, cuanto más importancia le demos,
más cerca estará, mostrando todas sus aristas y llamando a su vez a
todos los pensamientos asociados a él, de igual o de peor nivel de catástrofe. Esto hace entrar a nuestra mente
entrar en un círculo vicioso, donde la preocupación puede aumentar sin control.
Ni tus peores enemigos te pueden hacer tanto daño
como tus propios pensamientos.
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