Los hombres se inquietan y perturban, no por las cosas que acontecen,
sino por la opinión que tiene respecto a las cosas que les ocurren. Epícteto. No es
la realidad, sino el modo como la manejamos, lo que nos hace felices o
infelices.
La felicidad es un estado de ánimo, un estilo de vida.
Depende de los condicionamientos que nos creamos.
Elegimos ser felices o infelices, según la "programación", positiva o
negativa que tenemos en la mente. Es por esa "programación" que, ante
una misma situación, hay
quienes ríen mientras otros lloran. No es fácil, pero podemos cambiar esa opinión que
tenemos de las cosas, las personas y la vida.
Podemos ser más tolerantes y menos rígidos, más
elementales y menos complicados. Hay cosas que no vamos a cambiar y, por eso, somos nosotros los que podemos
manejar la realidad con una nueva actitud.
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