Ten presente que tú eres el fruto de tus
pensamientos, tú eres lo que tú piensas.
Tu
mente tiene un poder magnético, es un imán que vive atrayendo a tu
vida lo que piensas.
Por eso debes ser bien consciente de los pensamientos
que rondan por tu mente sin cesar.
También necesitas estar alerta con lo que te dices a ti mismo
en algo que se llama el diálogo interno.
Un
diálogo que siempre debe ser positivo, de una fe firme,
de unas creencias llenas de poder.
Simplemente cree de verdad en Dios, cree en ti y, poco
a poco, podrás descifrar
el mapa de la vida.
Ámate, valórate y no te hagas daño con emociones
venenosas como el odio, la culpa y la rabia.
Cree
en grande y así serán los resultados: eres el resultado de lo que
vives pensando y sintiendo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios