La amistad es algo muy positivo, siempre y cuando
sea una amistad sincera y real. Pero, ¿qué pasa con los malos amigos? Hay
amigos que nos rodean y creemos que son amigos cuando en realidad son
¡amistades tóxicas!
Hoy descubrirás
algunas características en las que deberás fijarte para detectar a aquellos
amigos buenos de los malos. A
veces, no somos conscientes de porqué nos sentimos culpables, de porqué
nos sentimos mal sin saber
realmente si deberíamos sentirnos así.
¿Estás rodeado de amistades tóxicas?
Evitar personas no es hacer enemigos, sino
purificar relaciones
Ellos reciben,
tú das
A esto se le denomina “egoísmo”. Los amigos tóxicos no saben dar, tan solo
esperan recibir de ti. Está claro que siempre que se da no se espera recibir
algo a cambio, pero ¿qué
ocurre cuándo tan solo esperamos que nos den?
Debes pensar en qué ocurre cuando necesitas que tu
amigo esté a tu lado, cuando
más necesitas de su compañía, cuando es importante que alguien te escuche. ¿Él está ahí para ti? Si
no es así, no es un buen amigo, y menos lo es si tan solo quiere que tú estés ahí para él.
Nunca te apoyan
Los malos amigos nunca te apoyan, sino todo lo
contrario. En vez de brindarte
su mano y darte el impulso necesario, hacen absolutamente todo lo contrario. Esto no es algo positivo, esto
es algo que te proporcionará un gran malestar.
Las amistades tóxicas pretenderán hacerte sufrir,
que te sientas mal por ser cómo eres. Querrán manipularte, desearán hacer contigo lo que quieran. Mientras,
te sentirás humillado y muy poco valorado.
No le puedes confiar nada
En la definición
de “amistad” entra un concepto importante que es la confianza. Sin confianza una relación no
puede funcionar y menos una en la que supuestamente existe amistad.
Cuando no le
puedes contar nada a tu amigo porque, de repente, deja de ser algo entre
vosotros dos, sino de todo el mundo, esto no es una relación sana. Debes tener la confianza para
poder contarle lo que sea, sobre
todo intimidades, y que quede tan solo entre vosotros.
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