¡Vas
a llegar!
Nadie
alcanza la meta con un solo intento.
¡Ni
perfecciona la vida con una sola rectificación!
¡Ni
alcanza altura con un solo vuelo!
Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas
veces.
Nadie recoge cosecha, sin probar muchos sabores. enterrar muchas
semillas. y abonar mucha
tierra!
Nadie mira la vida, sin acobardarse en muchas ocasiones. Ni se mete en
el barco sin temerle a la tempestad. ¡Ni llega a puerto sin remar muchas veces!
Nadie
siente el amor sin probar sus lágrimas. Ni recoge rosas, sin sentir sus
espinas. Ni forma hogar sin prolongarse en otros!
Nadie hace obra, sin martillar sobre su edificio. Ni cultiva amistad, sin
renunciar a si mismo. Ni se hace hombre, sin sentir a Dios.
¡Nadie
llega a la otra orilla, sin haber ido haciendo puentes al pasar!.
¡Nadie se hace un rió caudaloso, sin entroncar con muchos afluentes!
¡Nadie deja su alma lustrosa sin el pulimento diario de
Dios!
¡Nadie
se viste de príncipe, sin haberse puesto el traje de faena muchas veces!.
¡Nadie llega al final, sin que le hayan cortado el camino, muchos
tramos!.
¡Nadie recoge buen fruto, sin esperar la estación de lloverle y madurarlo!
¡Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad!.
¡Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible!.
¡Nadie conoce la oportunidad, hasta que pasa por su lado. y la dejan ir!
¡Nadie encuentra el pozo de Dios, hasta caminar por la sed del desierto!.
¡Nadie acepta cargar una cruz, hasta que Dios se la acomoda!. ¡y se ve que
puede resistirla!
¡Nadie enciende su luz, sin haber tenido la mecha dentro mucho tiempo!
Nadie se salva del naufragio, sin haberse tragado mucha agua. ni saca a
relucir un sueño sin haberle dado forma bajo sus alas. Ni crea una novedad, sin que le salte la duda de un
disparate.
Ni deja de fallar cuando tiene mucho que decidir. Ni es una bujía tan segura, ¡que
no sienta en algún momento deseos de retroceder!
Nadie
es luz que no parpadee. ni torre que no se mueva. ni pájaro que no se
asuste.
ni vida que no se atemorice. ni fortaleza que todo lo resista.
Pero nadie deja de llegar, cuando tiene la claridad de un
don. El crecimiento de su voluntad. la abundancia de la vida. El poder para
realizarse. ¡Y el impulso de Dios! ¡Nadie deja de arder con fuego dentro!.
Nadie
deja de llegar, cuado se lo propone!
“Si
sacas todo lo que tienes. ¡Vas a llegar!”
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