Es
bien valioso lo que muestran varios estudios con personas virtuosas en las
artes o en los deportes:
Una persona necesita diez mil horas de práctica perseverante para llegar a la excelencia.
En otras palabras el éxito no se debe a la suerte
sino a la entrega y la pasión que pones en algo.
Cuando
practicas sin cesar y aprendes de los fracasos,
llegas a lo que llaman en el deporte "entrar en la zona", y rindes al máximo.
Es
un estado único en el que fluyes, permaneces sereno y controlas tus emociones
y el miedo escénico.
Dicen que ese es el verdadero secreto de los campeones en
los momentos definitivos de un torneo.
Han
examinado su conducta relajada y han comprobado que en una final parpadean poco.
Es
un signo de estado sereno y de la seguridad que nace de una práctica constante.
Recuerda: ¡Son diez mil horas!
Una persona necesita diez mil horas de práctica perseverante para llegar a la excelencia.
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