Hay pasos que te acercan al amor a la
luz y a la felicidad.
El secreto está en aplicarlos:
1. Ámate para poder amar. Sabes que el primer amor es el
amor a ti mismo, pero ¿lo vives?
2. Vence el miedo con la fe. Enfrenta tus miedos con la
certeza de que, pase lo que pase, lo puedes superar con Dios.
3. Perdónate y perdona. El odio y la culpa son una
carga muy pesada. El perdón te da paz.
4. Pon de primero lo primero. Dale prioridad a Dios, tus
relaciones y tu salud. Sin amor eres bien pobre.
5. Ama aquí y ahora. No viajes al ayer ni al mañana
porque la vida está en el instante que se escapa.
6. Da gracias sin cesar. Cuenta tus bendiciones,
destierra las quejas y mira el lado amable de la vida.
7. Vive para servir. El servicio le da sentido a la
vida y te impide ser una persona mezquina o ruin.
La meta de ser feliz no es esquiva, la
alcanzas si te amas y renuevas cada día estos ocho compromisos:
1. Hoy elijo vivir solo en el ahora, dejo las premuras y actuaré
con paciencia y sereno desapego, sin cadenas que atan.
2. Hoy decido no juzgar. No criticaré a nadie ni
pretenderé cambiar a los demás, solo a mí mismo.
3. Hoy me adaptaré a las circunstancias sin pretender que las
circunstancias se adapten a mis deseos.
4. Hoy dedicaré diez minutos a la
plegaria y otros
diez a un libro que nutra mi alma y me inspire.
5. Hoy haré una buena acción y no se lo diré a nadie.
6. Hoy elaboraré un plan detallado de
cambio. Haré lo
indecible por cumplirlo cabalmente.
7. Hoy creeré firmemente aunque las
circunstancias demuestren lo contrario. Sé que la fe es mi fuerza.
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