91. Personalización. Evita comentarios ante el grupo clase tales como Sois el
peor grupo, Sois los que peor os portáis. Se trata de mensajes
tremendamente negativos que lo único que hace es alejarte aún mas de tus
alumnos. Huye, por tanto, de cualquier generalización. Huye, por tanto, de
comparar continuamente a tus grupos. Y fomenta la personalización, sé concreto
en tus observaciones y comentarios y, por supuesto, totalmente objetivo. Así es
como podrás llegar a cambiar dinámicas de grupo que no son de tu agrado.
92. Rol del alumno. Procura fomentar en el aula el cambio de rol de tus
alumnos, es decir, haz que se conviertan ellos en docentes por un momento y que
sean ellos los que te enseñen a ti y al resto de tus compañeros.
Cambiando de rol, podrás observar qué y cómo han entendido tus alumnos las
enseñanzas que les has transmitido.
93. Refuerzo positivo incondicional. Promueve en el aula el refuerzo
positivo incondicional, es decir, alégrate en todo momento de los logros
que alcanzan tus alumnos. Alégrate de corazón, verbaliza en público sus logros.
Haz que el alumno se
siente orgulloso por lo que ha hecho y sea capaz de compartirlo con sus
otros compañeros. Te aseguro que es una excelente forma de aumentar la
autoestima y el autoconcepto que cada alumno tiene de sí mismo.
94. Recompensa. Evita en todo momento lo que denomino como recompensa
injusta, es decir, no premies a un alumno que ha finalizado una tarea dándole
más tareas. En su lugar, cuando un alumno finaliza una tarea, una buena
forma de recompensarle es pedirle que ayude a otros compañeros que aún no la
han finalizado.
95. Silencio. Valora y fomenta el silencio como otra forma de aprendizaje. Es
la mejor arma para la atención y concentración de tus alumnos. Y la mejor arma
para conseguir el silencio es cautivando a tus alumnos. Muchos docentes se
quejan de que nunca hay silencio en sus aulas y tal vez sea porque la forma con
que enseñan, lo que enseñan y cómo lo enseñan hace imposible que se genere
silencio en el aula.
96. Respiración diafragmática. Cuando hables en el aula, debes hacerlo usando la
respiración diafragmática. Dicha respiración permite que el aire se
deposite en el abdomen y facilite al músculo diafragma subir el aire a las
cuerdas vocales. La respiración diafragmática reduce la ansiedad y te permite
hablar con menor esfuerzo y mayor claridad.
97. Liderazgo. Descubre qué tipo de liderazgo es el que fomentas en el aula.
Ten en cuenta en todo momento que no existe un único liderazgo, sino que en
función de las características del grupo puede que te convenga uno u otro. Te
dejo los seis tipos de liderazgo más importantes en el siguiente enlace para
que adivines cuál es el que te viene mejor a ti o para saber con cuál te
identifica más.
98. Habilidad. Busca en todo momento en aquello que enseñes el equilibro entre el
conocimiento y la habilidad que lleva implícita dicho conocimiento.
99. Actos de bondad. Promueve en el aula los actos de bondad con el fin
de trabajar la resiliencia en el aula. Si quieres saber más sobre la
resiliencia te recomiendo leer el siguiere enlace.
100.
Sonrisa. Sonríe. He dejado este último consejo porque me parece el más
importante. Sonríe a tus alumnos al entrar en el aula. Sonríe a tus alumnos
cuando enseñes. Sonríe a tus alumnos cuando finalice tu sesión lectiva y te
despidas de ellos. Y cuando sonrías, hazlo con y desde el corazón.
Tengo la convicción de que estos consejos que nacen de la
bibliografía de la experiencia deben verse como una oportunidad para
reflexionar sobre cómo enseñas. En ningún caso pretendo crear escuela.
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