Come
en platos de color azul.
¿Te has preguntado por qué la mayoría de los restaurantes
de comida rápida tienen sus logos y continentes de sus menús colores como el
rojo, amarillo y naranja? Pues
porque los tonos cálidos estimulan el apetito.
Por
el contrario, los fríos (azul o verde) calman el hambre. Si tienes
pensado renovar tu vajilla estudia atentamente el poder de la psicología del
color a la hora de comer.
Consume
cafeína (con moderación). Si no tienes problemas para dormir ni de alta
tensión, la cafeína puede ser tu aliada para suprimir el apetito. Además de ser
un potente estimulante, la cafeína es un supresor del hambre que, además, te
ayuda a utilizar tus calorías sobrantes como la 'gasolina' para que tu cuerpo
se mueva a diario. El café solo o con leche desnatada o los refrescos de cola
sin azúcar, consumidos con moderación, te pueden acompañar en tu dieta low
calory.
Chocolate
Negro. Ya te lo habíamos
revelado: que la actriz nunca renuncia a algunas onzas de chocolate negro cada
día. Cuanto más puro sea menos grasa aportará y te ayudará a 'apagar' ese
antojo de dulces que todas tenemos aportando muy pocas calorías. Eso sí,
recuerda que debes obviar las variedades con frutos secos, el chocolate blanco,
con leche o acompañado de bizcocho.
Más
fibra en tu dieta. Consumir más fibra cada día ayuda a reducir los
niveles de apetito además de reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes
o la obesidad. Si incorporas alimentos integrales así como las legumbres, los
frutos secos, los aguacates o las alcachofas no solo notarás inmediatametne que
te llenas antes, sino que se digieren más lentamente por lo que el hambre tarda
más en aparecer. ¡Que no falten en tu dieta diaria!.
Sustituye
la sal por especias. La sal en exceso te puede provocar retención de
líquidos así que debes consumirla con moderación si tiendes a ello y estás
haciendo una dieta de adelgazamiento. Sin embargo, las especias y las hierbas
te pueden ayudar a condimentar y llenar tu comida de sabor sin efectos
secundarios. Empieza a explorar ese armario de las especias que tienes tan
abandonado y benefíciate de él.
Vinagre
de sidra. Tomar vinagre de sidra porque no solo ayudan a reducir el
apetito sino que son un buen coadyuvante para reducir la grasa corporal
sobrante. Con dos cucharadas soperas al día es más que suficiente para notar
sus efectos.
Empieza
tus comidas con una sopa. Con poca grasa, calentita y repleta de
nutrientes: no hay mejor manera de comenzar tu comida y/o tu cena en invierno.
Pero, además, te ayuda a reducir el apetito para el segundo plato ya que engaña
a tu estómago ofreciendo sensación de saciedad. Al final de la comida estarás
satisfecha sin haber ingerido calorías en exceso.
Tomar
dulces sin aceites hidrogenados. Manten tu ansia de dulces a raya no
eliminándolos totalmente de su dieta sino consumiéndolos de forma responsable. Busca versions más saludables y
naturales de las galletas, dulces y hasta patatas fritas en forma de
productos que no contengan aceites hidrogenados, colorantes ni conservantes
artificiales, así como otros snacks por frutos rojos. Así se quita el antojo de
manera saludable.
Bebe
el agua en vasos de mayor tamaño. No es que queramos que te atiborres de
agua pero sí que aumentes su consumo porque, de entrada, es todo beneficios. Y
además te puede crear sensación de saciedad rápidamente y a cambio de cero
calorías. ¿Que hay que tomar dos litros de agua al día? Pues llegarás a los 2,5
sin enterarte con este pequeño truco.
Come
en platos pequeños. Todo un clásico que nunca falla: engaña a la vista
creando sensación de saciedad comiendo en platos pequeños. Así, al verlo más
lleno, pensarás que has comido más. Comer en platos grandes con poca cantidad,
por el contrario, te hará quedarte con hambre tras cada comida. ¡Evítalo!
Come
fresas. Estimulan el metabolismo, te ayudan a calmar el hambre con muy
pocas calorías y puede ser un excelente sustituto de las golosinas (sin nata ni
azúcar, claro). Llévalas siempre encima como snack.
Añade
más proteínas a cada comida. Intenta que al menos un 30% de tus comidas
sean proteínas. Los estudios han revelado que éstas ayudan a reducir el
apetito, y más si las consumimos de buena mañana. Recuerda que las proteínas no
solo están en las carnes y los pescados (magros y sin grasa, claro está) sino
que también están en la soja, la leche, el queso, las legumbres o el tofu.
El
aroma a vainilla inhibe el apetito. ¿Intenso deseo de comer chucherías?
El intenso olor dulce de la vainilla engañará a tu cerebro y le dará sensación
de saciedad. Y por cero calorías. También puedes aromatizar la fruta con esta
especia para calmar tu ansia de dulces.
El
aceite de pomelo. Consume aceite de pomelo porque le ayuda a sentirse
saciada y así favorecen la creación de enzimas hepáticas que queman las grasas.
Duerme
las horas necesarias. Por increíble que parezca la falta de sueño
engorda. No dormir te ayuda a generar una hormona llamada ghrelina que te hace
querer comer más. Si, por el contrario, duermes tus 8 horas, los niveles de
ghrelina se ruducen y crecen los de leptina, que contribuyen a quemar más grasa
y reducir el apetito.
La
comida picante llena más. Añadir un toque picante a tu comida puede
hacer que comas menos. De hecho, un estudio revela que se consumen hasta 200
kcal menos por comida si ésta es picante. Además, según el British Journal
of Nutrition dos cucharaditas de cayena
molida distribuidas entre las comidas también reducen el apetito.
Consume
alimentos con alto contenido en vitamina B3.También conocida como
niacina, la vitamina B3 está presente en alimentos como el plátano, el brócoli,
el tomate o la zanahoria. Retrasa el hambre, regula la función tiroidea y de
azúcar en la sangre además de llenarte de energía. ¡Incorpora estos alimentos
en tu dieta!
Las setas.
Una dieta de tipo holística basada en el consumo de setas y champiñones. Ésta
tendría la peculiaridad de actuar en las zonas donde más se necesita además de
proporcionar los numerosos beneficios de los hongos: son diuréticos, estimulan
el sistema inmune, son laxantes, favorecen el sueño y proporcionan sensación de
saciedad. De manera que asegúrate de que tu dieta contiene abundantes setas
porque, además de no tener apenas calorías, son todo ventajas.
Anímate
con el tofu. Olvídate de la idea de que el tofu es tremendamente
aburrido e insípido. Alíñalo y cocínalo como más te guste y benefíciate de su
contenido en genisteína, un potente inhibidor del apetito. Después de cada
comida que contenga este ingrediente quedarás agradablemente saciada y habiendo
consumido pocas calorías.
Come
con un tenedor grande. Según un estudio del Journal of Consumer
Research, comer con un tenedor de gran tamaño puede llevarte a comer menos
cantidad. Hasta un 10% en cada comida nada menos. El motivo está en que tenemos
que hacer un mayor esfuerzo para sujetarlo y pinchar los alimentos por lo que
al final terminamos por dejar más en el plato.
Un
día libre. Así que, cuando está a dieta, confiesa que se 'regala' un día
libre a la semana en el cual comer todo lo que le apetece, incluyendo comida
rápida. Así calma su ansiedad sin romper demasiado su rutina dietética.
Que
no falten las grasas en tu dieta . Pero, cuidado, de las 'buenas', no
las de origen animal, las saturadas o que vengan de la comida basura. Procura
que no falten los ácidos grasos esenciales como el omega 3 que encontrarás en
los frutos secos, el aguacate o el aceite de oliva. Estas grasas reducen tu
apetito porque envían al cerebro una sensación de saciedad además de ser todo
beneficios para tu organismo.
Los hidratos.
Para mantener su peso a raya, no deje del todo los carbohidratos. Eso sí, no
los puedes consumir más allá de las 5 de la tarde para que le dé tiempo a
utilizar la energía que le proporcionan y no se conviertan en grasa.
Corta
tu comida en trozos pequeños. Con este truco aumentas la sensación de
saciedad, mucho más que con trozos de gran tamaño.
Compensar.
La actriz no sigue ninguna dieta específica pero sí es consciente de que hay
que compensar los excesos. Así que afirma que si un día se ha pasado con las
grasas al día siguiente desintoxica comiendo ensaladas y comidas bajas en
calorías. Nada del otro mundo ni nada que no pueda hacer cualquiera.
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