Los
místicos dicen que siempre podemos vivir en un estado de amorosa entrega y
serena aceptación.
Es
un estado de no resistencia, de asumir los hechos en paz por más
duros o insufribles que parezcan.
No es fácil, pero a ese estado llega
aquel que deja de pelear
con la realidad y vibra en la frecuencia del amor.
Tú también lo puedes hacer si apelas a
tu fe, te abandonas y te enfocas
en lo mejor de la vida.
Así actúas como tantos lisiados que
aman la vida y tantos
enfermos que aman y no reniegan.
Cuando estés en la peor encrucijada serénate ya que resistirse es
desgastante y estresante.
Fluye,
no pelees con Dios ni con la vida. Acepta lo que vives como un arduo
aprendizaje que es pasajero
Aunque te cueste asumirlo, todo lo que
vives es parte de un Plan
para evolucionar espiritualmente
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