Hace
pocos días Wilson Kipsang,
corredor de Kenia, dejó con la boca abierta a todo el planeta.
Se
proclamó vencedor de la maratón de Berlín con un tiempo asombroso: 2 horas, 3
minutos y 23 segundos.
Nuevo récord mundial, 15 segundos
menos que Patrick Makau, otro keniano, dos años atrás. Un kilómetro en 2,55
minutos. Increíble.
¿Es
casual que de los diez mejores maratonistas del mundo 7 sean de Kenia y 3 de
Etiopía?
Aunque
algunos hablan de genes, la verdadera razón está en tres factores: Disciplina, entrenamiento y
pasión.
En
esos países ser un gran
atleta es un sueño nacional y para eso entrenan sin descanso y con ganas
o pasión.
Allá
la ilusión es ser un maratonista triunfador.
Hay
apoyo estatal, buenos entrenadores, y, lo más importante, una gran pasión que
es la mayor fuente de energía.
NOTA: Y LA NECESIDAD DE SURGIR EN UN PAIS MUY POBRE
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