Con sabiduría, es decir, con luz divina
y buena conciencia siempre puedes decidir sobre tu vida.
No dejes que la manejen los demás ni sacrifiques el ahora
atrapado en el mundo de las ilusiones o la melancolía.
Antes
bien gana paz con el
perdón y, cuando todo habla de destrucción, cree que el sol volverá a brillar.
Medita sobre tus errores sin entregarte
a la pena, serénate
y enfrenta el destino con
ánimo resuelto.
Una
pausa orante saca
tristezas del corazón y da temple a la confianza cuando soplan vientos
contrarios.
La esperanza te da fuerzas y así puedes acallar las viejas dudas y dominar los nuevos temores.
No cargues tu pasado, muéstrate
diligente y decidido
y disfrutarás de ventajas
inesperadas.
Para aquel
que tiene intenciones puras no
hay derrotas definitivas y siempre vuelven a soplar vientos favorables.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios