La
frase, cada vez más popular, “somos lo que comemos”, refleja la importancia que
el Ayurveda da a la alimentación.
El médico griego Hipócrates (460-377 AC),
considerado el padre de la medicina moderna, también reconoció la importancia
de la alimentación. Suyo
era el dicho: “Que la comida sea tu alimento, y el alimento tu medicina”.
La
comida más sana, se convierte en veneno, si no somos capaces de asimilarla.
Hay
unas diferencias muy importantes entre ingerir, que es todo lo que comemos y
bebemos; digerir, que es la parte de lo que comemos que el sistema digestivo es
capaz de procesar (el resto circula por todo el sistema digestivo saturándolo,
y una vez en los intestinos, llega a producir toxinas que contaminan nuestro
cuerpo, y debilita nuestro sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a
las enfermedades) y asimilar, que es la parte de los alimentos procesados que
nuestro sistema inmunológico reconoce y acepta para que lleguen a formar parte
de nosotros.
Tengamos en cuenta pues, que “Nos alimentamos de lo que
asimilamos, y no de lo que comemos”. Los productos que nuestro sistema
rechaza, producen toxinas (tanto
físicas como mentales), dando lugar a deshechos en nuestro organismo,
que con suerte, se reflejarán en el exterior; pero que en caso contrario,
llegarán a pasar desapercibidas durante años, acumulando en órganos y
articulaciones (véase artrosis), produciendo otras enfermedades internas, que seguramente nunca
lleguemos a relacionar con las causas reales.
Lo
ideal es ingerir los alimentos en condiciones, cantidad, y de características
acordes a nuestra constitución; para que sean totalmente
asimilados por el organismo, y disminuir así la sobrecarga del sistema
inmunológico, las toxinas y posibles alergias en nuestro cuerpo. También hemos
de tener en cuenta, que un
organismo desequilibrado produce una digestión incorrecta, dando ocasión
a las enfermedades antes descritas.
Es tan importante lo que se come, como el
“como” se come. En
relación a la cantidad, recordar que comemos para vivir, y que no vivimos solo
para comer. Y en cuanto a las características, cada alimento tiene unas peculiaridades que
fomentan un dosha u otro, permitiendo, si se consumen de forma acertada,
equilibrarnos, fomentando así la salud, o en caso contrario perturbarnos, dando
lugar a la enfermedad
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