Los sabios nos invitan a
ver la enfermedad como una maestra, hacerse preguntas y tomar conciencia:
- ¿Cuáles
eran mis pensamientos, temas o fantasías cuando surgió el síntoma? ¿Cuál mi
estado de ánimo?
- Un síntoma manifiesta una zona reprimida, hechos reprimidos, desechados y
minusvalorados.
- Las toxinas acumuladas en el cuerpo son indicio de conflictos en la mente. Un
síntoma pide cambios de
conducta y corrige desequilibrios:
- El
hiperactivo es obligado a descansar, el superdinámico es inmovilizado, el comunicativo es silenciado.
- Un síntoma te
impide hacer lo que te gustaría hacer o te obliga a hacer lo que no quieres hacer.
- Toda
enfermedad tiene un propósito: pide cambios en la conducta: Obligarte a vivir mejor.
- Hazte dos preguntas:
¿Qué me impide este
síntoma?,
¿Qué me impone este
síntoma?
Así sabrás para qué llegó la enfermedad.
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