Desborda
en tu amor, tus relaciones y tu trabajo esa pasión y esas ganas que derrochas
en el fútbol u otra afición.
Si lo haces no lamentarás que el fuego de tu
amor o tu fe esté apagándose o que en tu trabajo te vaya mal.
Pasión es lo mismo que amar lo que haces, es ponerle ganas, es dar lo mejor incluso en tiempos oscuros o fatigosos.
Esa hoguera de la pasión crece con mente positiva, con gratitud, con una fe fuerte y con un compromiso inquebrantable.
Aprende a tener compromiso, a superar
escollos, a aprender de los fracasos y no darnos por vencidos.
Para ser apasionado debes eludir a los seres quejumbrosos y pesimistas. Acércate a los animosos y los perseverantes.
Tu
vida será mejor y más exitosa si pones en ella esa pasión que te eriza y te
electriza ante un gol o en la rumba.
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