Gastar
muchas horas, días o años de su vida tratando de conseguir el éxito financiero
o profesional puede conducirlo al éxito, pero este esfuerzo no necesariamente
la conducirá a la felicidad plena, según el director ejecutivo de la
firma X Mo Gawdat.
“Nuestros
padres nos dicen que tenemos que trabajar duro, gastar varios años educándonos
y ahorrar los primeros quince años de nuestra vida hasta que logremos ser
exitosos. Es un concepto muy sólido en el mundo capitalista pero incluso los billonarios
llegan a ser personas miserables y se suicidan”.
La afirmación la hizo el director ejecutivo de la firma
X, antiguamente conocida como Google X, Mo Gawdat, quien aseguró en una visita
a la capital colombiana que “el
trabajo duro te llevará al éxito, pero el éxito no te llevará a la felicidad”.
“Mucha
gente piensa que solo los sabios, los santos
o su santidad el Dalái lama pueden llegar a un estado interrumpido de
felicidad, eso no es cierto”, argumentó el líder de innovación y
emprendimiento.
Mo Gawdat llegó a esta conclusión luego de realizar una
investigación y comprobar que efectivamente existe un algoritmo de la
felicidad, que al igual que en las matemáticas se resuelve a modo de ecuación.
Esta
se compone de tres elementos principales, el primero de ellos es la manera en
la que se presentan los hechos en nuestras vidas, el segundo la expectativa que
tenemos frente a ellos y el tercero es cómo lo asumimos.
“Si
esperas que algo suceda y ocurre de hecho, estás feliz. Si esperas que algo suceda y no
ocurre, eres infeliz. Es
tan sencillo como eso. Eso es la felicidad”, explicó el experto.
Para cambiar este paradigma y resolver el algoritmo, Mo
Gawdat asegura que debe
darse un cambio en la mentalidad de las personas, ver las cosas desde otra
perspectiva y deshacerse de las ilusiones o puntos ciegos para acercarse más a
la felicidad.
“Tú vives en Bogotá, esperas que haya mucho tráfico en
mañana. Sería iluso pensar que no sería así. El tráfico nos puede ser hacer
miserables, pero podemos
relajarnos. Si pensamos así podemos ser felices, podemos decirle al cerebro que sea más realístico,
que disfrute, que anticipe y disfrute de la vida”, afirmó.
“Si
vemos el mundo por lo que realmente es, vemos la verdad y la aceptamos, siempre
vamos a ser felices”, destacó Mo Gawdat, quien considera que “ni los carros, el dinero o las
fiestas generan esa sensación, sino tu mente”.
Al ser cuestionado sobre la relación que existe entre la
felicidad y los indicadores económicos de empresas o naciones, Mo Gawdat señaló
que es determinante ya que
“las personas felices son 12% más productiva que las demás”.
En este punto el experto citó el caso del gigante
tecnológico Google, una compañía en la cual los empleados pueden aprovechar el 20% de su
tiempo para que hagan lo que mejor saben hacer: in novar de múltiples formas.
“Google es un excelente ejemplo de eso, porque los empleados felices
gastan mucho tiempo haciendo cosas fabulosas, porque están contentos con
lo que la compañía les ofrece”, apuntó.
El
experto también se refirió a la búsqueda de la felicidad en una era enmarcada
por la disrupción tecnológica, el ‘tsunami’ de información y las nuevas
formas que facilitan la interacción humana.
Mo Gawdat manifestó que la tecnología contribuye a alcanzar momentos de bienestar
pero es claro al afirmar que no es su fin en sí mismo, ya que su promesa no es
hacernos más felices.
“Yo
entiendo la felicidad como ese sentimiento apacible, que estoy feliz con la
vida, calmado con todo lo que está a mi alrededor, y ese no es un estado que se
logra por fuera de nosotros, sino del interior”, argumentó el autor.
Sin embargo, el director ejecutivo de la firma X no desconoce que la tecnología
tiene un gran efecto sobre el bienestar de las personas, al señalar que
los acerca de alguna
manera al camino de la felicidad.
Todo se resume en la manera en la que utilizamos la
tecnología, pues a pesar
de que los teléfonos móviles hacen nuestra vida más fácil también pueden convertirse en un
dolor de cabeza si
las personas se exceden en su uso y afectan sus relaciones personales.
“Cuando
mal utilizamos la tecnología nos estresa. Facebook, por ejemplo, toma
mucho tiempo de la vida, pero si me conecto con mis compañeros es una sensación
fabulosa (…) o el correo electrónico nos hace más productivos, facilitando la
opción de ser felices, pero
si lo utilizamos mal podemos hacer la vida más estresante”, concluyó.
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