Es
posible experimentar de tal modo el amor de Dios que se deje de sentir
cualquier dolor que se tenga.
Experimenta a Dios como la madre, y deja que te alivie el dolor en un segundo
al sentarte en su regazo.
Es
mucho mejor que llorar (lo cual no sirve para nada).
Y también es una victoria espiritual.
Sé
tolerante con el dolor pues intenta enseñarte algo.
No veas la enfermedad; ve la lección.
El recuerdo de Dios es la mejor cura.
Comprender
la relación entre la felicidad y el dolor tiene un efecto mágico: lo hace
desaparecer.
Desapégate del cuerpo con una fe firme en Dios, y el dolor terminará, muy
rápido.
Nota: Esto también aplica para los dolores
del alma.
Esto no significa que no deba consultar el médico, porque el dolor es una manifestación de que hay algo que funciona mal en el organismo.
Esto no significa que no deba consultar el médico, porque el dolor es una manifestación de que hay algo que funciona mal en el organismo.
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