Humor:
Una mujer fue de compras. Al llegar a la caja, abrió la cartera para pagar. La cajera vio que allí tenía un control remoto de televisión. No pudo controlar su curiosidad y preguntó:
- ¿Siempre anda
con el control remoto de televisión en su cartera?
Ella respondió:
- No, no siempre, pero mi esposo se negó a venir conmigo de compras porque tenía que ver un partido de fútbol, así que me traje el control remoto.
Moraleja: Apoye y
acompañe a su esposa cuando ella se lo solicite.
Pero la historia
continúa...
La cajera se rio y le devolvió
la mercancía a la señora. Sorprendida, ésta le pregunta qué sucedía. La cajera
le explica:
- Su marido ha bloqueado su
tarjeta de crédito.
Moraleja: Respeta los pasatiempos de tu
esposo.
Pero la historia
continúa...
La esposa sacó la
tarjeta de crédito de su marido de la cartera. ¡De seguro no iba a bloquear su
propia tarjeta!
Moraleja: No subestimes la sabiduría de tu
esposa.
Pero la historia
continúa...
Cuando deslizó la
tarjeta, la máquina solicitó: INGRESE EL PIN ENVIADO A SU TELÉFONO MÓVIL, o sea ¡al teléfono del esposo!
Moraleja: Cuando un hombre está en riesgo
de perder, hasta la máquina es lo suficientemente inteligente como para
salvarlo!
Pero la historia
continúa...
La mujer sonrió y
sacó el móvil que sonó en su bolso: ¡Era el teléfono de su marido! Ella lo
había tomado junto con el control remoto para que no la llamara durante sus
compras.
Ella compró sus
artículos y regresó a casa ¡feliz!
Moraleja: ¡Nunca subestimes a una mujer!
Pero la historia
continúa...
Al llegar a casa,
su esposo se había ido. Encontró una nota en la puerta. La nota decía: "No
encontré el control remoto. Salí con los niños para ver el partido. Llegaremos
tarde a casa. Llámame a mi teléfono si necesitas algo".
Se llevó las llaves de la casa.
Moraleja: No intentes controlar a tu esposo.
Puedes perder el control.
Una mujer fue de compras. Al llegar a la caja, abrió la cartera para pagar. La cajera vio que allí tenía un control remoto de televisión. No pudo controlar su curiosidad y preguntó:
- No, no siempre, pero mi esposo se negó a venir conmigo de compras porque tenía que ver un partido de fútbol, así que me traje el control remoto.
Se llevó las llaves de la casa.
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