¿Has
experimentado alguna vez el increíble poder que viene cuando estás lleno del
Espíritu?
¡Las
cosas asombrosas que el Espíritu puede hacer por ti!
En Efesios 5:18 está escrito: “.sed llenos del Espíritu.”
Esta es una simple y buena
exhortación. Si no estás lleno del Espíritu Santo, entonces no puedes
enfrentarte contra el espíritu de los tiempos. De modo que el mundo te arrastra
hacia él y Satanás gana poder sobre tu vida. Tu espíritu comienza a probar el
mundo; de manera que conoce el sabor de las cosas terrenales en lugar de a
cosas celestiales. ¿Cómo puedo entonces llenarme del Espíritu?
El Espíritu de Jesús es celestial. Por lo tanto, aunque estaba en
la tierra, aún pertenecía al cielo. Él amó a Su Padre y la voluntad de
Su Padre. Fue el Padre quien lo guio toda su vida y condenó al pecado en Su
carne. (Romaños 8:3) El
Padre fue quien le dio luz. Jesús vino a la tierra a causa del pecado
para ayudarnos y vivió Su
vida de acuerdo a la voluntad del padre, ofreciéndose en el poder de un
Espíritu eterno. Ese fue el Espíritu que envió a los discípulos en el
día de Pentecostés. Dios realmente quería mostrarle a la gente que este era el
comienzo de una nueva era, por eso mandó del cielo un estruendo como de un
viento recio que soplaba. Aquellos
que estaban en Jerusalén vieron que la gente hablaba en otras lenguas.
Dios quería manifestar que este era un nuevo tiempo, con nuevas posibilidades y oportunidades para que
las personas fueran participes de la misma vida a la que el Padre había llevado
a su Hijo.
El
Espíritu es poder
Pablo dice, “Sed llenos del Espíritu.” Porque cuando recibes el poder del Espíritu en tu interior, entonces puedes vivir una vida celestial aquí en la tierra. En vez de vivir una vida peleando y discutiendo, llena de envidia, celos, y toda esa clase de cosas. Las cuales son las cosas en que viven las personas ordinarias y terrenales. Porque durante toda su vida, su existencia, se siente atraída por la tierra. ¡Pero tú puedes recibir un nuevo sentir, un sentir celestial, con un espíritu nuevo!. Y un espíritu consiste en pensamientos, ¡así que el Espíritu Santo te da nuevos pensamientos!
El Espíritu de Dios mora en los mandamientos de Jesús y
las leyes del Espíritu de vida; y en todo lo que ha dicho, en la Palabra. De modo que, cuando
eres obediente a la Palabra, ¡el
Espíritu viene a ti! Porque escrito está que Él da Su Espíritu a los que
le obedecen. ¡Obedece y
serás lleno del Espíritu! Haciendo eso recibirás una tremenda ayuda en
la vida. La tentación de pecar arde como fuego. Y se necesita un fuego
celestial para contrarrestar eso. Ese es el poder del Espíritu Santo. Es el poder celestial que se
opone a todo lo que proviene de la carne. Se consume y destruye para que todo lo que pertenece a
una vida terrenal se convierta en ruinas quemadas.
El
Espíritu es vida
¡Pero el Espíritu vivifica! Él crea vida en tu espíritu, ¡Tienes una conexión con el Dios vivo! ¡Y el Espíritu puede ser descrito como “¡el Hijo de luz!” La luz fluye hacia tu mente. Luz y gloria. Toda la luz viene de Dios. Toda la oscuridad viene del diablo. Con esa luz te vuelves feliz, contento y estás satisfecho. Puedes hablar con otros con cánticos y alabanzas, como está escrito más adelante. Y hay risa y alegría en tu corazón. Nosotros que en otro tiempo vivíamos en toda clase de pecados y éramos pecadores desde el principio, recibimos una nueva vida a través del Espíritu.
El
resultado final será que te convertirás en una obra de Dios. Dios comienza a edificarte. Él trabaja en ti,
tanto en el querer como en el hacer. (Filipenses 2:13) Y la nueva vida emerge,
la vida eterna. ¡La vida
eterna! Y el contenido que recibes en tu espíritu permanecerá contigo
por toda la eternidad. Qué
llamamiento tan fantástico tenemos cuando buscamos a Dios. Él quiere darnos
cuerpos de gloria. ¡Así podremos gobernar y reinar junto con Jesucristo
en la eternidad! (Filipenses 3:20-21; 1 Corintios 15:42-44,49).
Pablo dice, “Sed llenos del Espíritu.” Porque cuando recibes el poder del Espíritu en tu interior, entonces puedes vivir una vida celestial aquí en la tierra. En vez de vivir una vida peleando y discutiendo, llena de envidia, celos, y toda esa clase de cosas. Las cuales son las cosas en que viven las personas ordinarias y terrenales. Porque durante toda su vida, su existencia, se siente atraída por la tierra. ¡Pero tú puedes recibir un nuevo sentir, un sentir celestial, con un espíritu nuevo!. Y un espíritu consiste en pensamientos, ¡así que el Espíritu Santo te da nuevos pensamientos!
¡Pero el Espíritu vivifica! Él crea vida en tu espíritu, ¡Tienes una conexión con el Dios vivo! ¡Y el Espíritu puede ser descrito como “¡el Hijo de luz!” La luz fluye hacia tu mente. Luz y gloria. Toda la luz viene de Dios. Toda la oscuridad viene del diablo. Con esa luz te vuelves feliz, contento y estás satisfecho. Puedes hablar con otros con cánticos y alabanzas, como está escrito más adelante. Y hay risa y alegría en tu corazón. Nosotros que en otro tiempo vivíamos en toda clase de pecados y éramos pecadores desde el principio, recibimos una nueva vida a través del Espíritu.
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