Solo Dios te da la capacidad de mirar
todo con calma y desapego en las épocas turbulentas.
Cuando todo tambalea acude a la
sabiduría celestial
y podrás separar lo
esencial de lo baladí.
Siempre puedes adaptarte a las
circunstancias,
vencer las insidias y encontrar un nuevo rumbo.
No te rindas, aunque por un tiempo solo puedas
avanzar con la fatiga del cojo que insiste en caminar.
Aprende
de aquellos que juegan animosos básquets u otro deporte desde una silla de
ruedas.
Nada los detiene.
Dios es
tu baluarte y con Él superas todos los escollos y arreglas los problemas que te
inquietan.
Toma decisiones sabias, no te
desesperes y ten calma porque no todo llega cuando tú lo deseas.
Las cosas se dan en su justo momento y lo que te da paz es actuar con fe y esperar pacientemente.
Nada los detiene.
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