VENTAJAS DE SABER DECIR NO A TIEMPO

Negarse a las peticiones de los demás, cuando es necesario, eleva la autoestima, según expertos.

Aunque el adverbio 'no' es quizá el más fácil de pronunciar y fue la primera palabra de muchos, hay quienes necesitan incluso años para usarlo. De hecho, algunos nunca llegan a hacerlo. Esos casos ameritan una mirada cuidadosa, pues pueden, a juicio de especialistas, ocultar personalidades sumisas o inmaduras.

El problema es que decir 'sí', cuando no se está de acuerdo, constituye un golpe a la autoestima y es un permanente generador de insatisfacción y malestar.

Un importante experto en estrés asegura que "cuando no somos fieles a lo que en realidad queremos, creamos una falta de armonía que gradualmente mina el gozo por la vida. Si aprender a decir 'no' a todo aquello que perjudica nuestro bienestar, experimentaremos un fuerte sentido de satisfacción con la vida y las decisiones que tomamos".

Cabe preguntar, entonces, ¿por qué para algunas personas es tan difícil decir 'no'? Algunos especialistas afirman que estos casos se dan en personalidades débiles. Se trata de personas que "sienten que necesitan congraciarse con los demás, que deben agradar y buscan ser aceptadas. Podemos hablar de personalidades que no han alcanzado la adultez".

Una importante psicóloga explica que, aunque se puede hablar de tipos de personalidades, no se puede generalizar, pues cada historia de vida es diferente. Para la experta, las personas que recurren a un 'sí' permanente "pueden estar tener una necesidad de admiración, afecto o de pertenecer a un espacio".

Judith Arana, estudiante de diseño, asegura que ese fue su caso. "Entre los 15 y los 16 años tuve que cambiar de colegio y de entrada enfrenté la actitud hostil de muchas personas. Estaba por terminar el bachillerato y me sentía desubicada. Para poder encajar empecé a decir que sí a todo: a 'celebremos', a 'chiflemos, a 'vamos', a 'hagamos esto'... Fue duro, porque acabé haciendo cosas que detestaba, como ir a rumbas con gente pesada".

Arana, de 23 años, sostiene que toda la situación le generaba ansiedad y estrés, "pero lo soporté, con tal de no ser yo el blanco de las burlas, las críticas, el aislamiento y hasta el matoneo de los demás".

Cada persona tiene diferentes capacidades intelectuales y emocionales, por lo que hay que aprender a tener prioridades, pues el ser humano no puede con todo al mismo tiempo. "Cuando decimos 'sí' a todo es como 'clavarnos un cuchillo'. Es exponerse a la de frustración, no solo con la persona a la que le quedamos mal, sino también con nosotros mismos".

La psicoanalista añade que "cuando decimos 'sí', estamos generando un compromiso y una expectativa, una responsabilidad con el otro y con nosotros mismos. Es una doble jugada, porque nos exponemos a no lograrlo, porque tener a todo el mundo contento es imposible". El psiquiatra advierte lo riesgoso que puede ser no saber decir 'no': "Eso incluye desde eventos menores como aceptar ir a una esquina con alguien, hasta resultar implicados en situaciones comprometedoras y peligrosas".

Piense antes de dar el 'sí'

Hay que 'bajarle a la impulsividad'

La psicóloga recomienda a las personas que creen tener el problema, bajar la impulsividad ante las peticiones. "El 'sí' puede ser pensado, al menos, unos minutos.

Cuando alguien es maduro emocionalmente no contesta de manera impulsiva. Hay que darse la oportunidad de decir 'no puedo', 'no me sirve' o 'no quiero'". También se sugiere la posibilidad de indagar individualmente las razones que llevan a una persona a decirle 'sí' a todo. "No me refiero, necesariamente, a un proceso psicoanalítico, aunque la terapia ayuda. Hay muchas formas de mirar aspectos internos de nosotros mismos, como una autoevaluación, hacer yoga o, simplemente, ver qué carencias tenemos y qué nos está llevando a comportarnos así", sostiene la experta.

NOTA: CADA UNO CONOCE SUS PROPIOS LÍMITES Y, POR LO TANTO, CADA UNO DEBE SABER QUÉ ESTÁ EN CAPACIDAD DE HACER Y QUÉ NO.

DECIR 'NO' TAMBIÉN CONSTITUYE UN DERECHO, LO MISMO QUE EXPRESAR IDEAS U OPINIONES.