Vivir ocupado y esforzarse por completar largas listas de pendientes
puede ser una forma de demostrar estatus: “soy muy importante”.
El impacto es grave: síndrome de desgaste profesional, trastornos de
ansiedad y enfermedades relacionadas con el estrés.
Hoy los siquiatras dicen que esos males
están al alza y se habla de un
nuevo síndrome: el “desgaste milénial”.
Bienvenido a la cultura que celebra el ajetreo y el trabajo
sin parar. Es una cultura obsesionada con el esfuerzo.
Hay una solución para toda esa locura y está relacionada con una
conciencia plena, más ejercicio o una dieta saludable, pero hay algo más:
Se trata de no hacer nada. O, como dicen los
neerlandeses, niksen: dedicar
tiempo al reposo que da paz y mejora la creatividad.
De modo consciente haz cosas como mirar por la ventana, orar, meditar
o permanecer sentado con atención plena.
Si lo sabes vivir, no hacer nada es hacer mucho por tu ser, tu
salud, tu mente y tu espíritu. Un buen modo de amarte. Sin descansos no puedes ser eficaz
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