Ante
el temor de destrozar la seguridad de los empleados y afectar el desempeño, los
empleadores les están pidiendo a los gerentes que relajen las críticas duras.
“Resalte lo positivo”.
Los jefes ahora reparten elogios más frecuentes, instan a los empleados a celebrar pequeñas victorias
y centran sus evaluaciones de desempeño en las fortalezas de un empleado, en lugar de
enfocarse en resaltar sus errores.
El cambio podría irritar a los viejos líderes que se
formaron en una era de amor duro en los negocios, pero los nuevos ejecutivos dicen que las tácticas duras hoy
en día simplemente hacen más mal que bien.
Poco
a poco, las empresas están cambiando la forma en que los gerentes evalúan el
desempeño de los empleados. Durante años, esas discusiones se enfocaron
en gran medida en los tropiezos de los empleados y las áreas que tenían que
mejorar.
Ahora, se espera que los gerentes ensalcen las fortalezas de los trabajadores
durante evaluaciones, explicando cómo la persona puede utilizar sus talentos
para afrontar aspectos del trabajo que le resultan naturalmente más difíciles.
A los jefes se les recomienda que no mencionen más de una o dos áreas que necesitan
progreso.
Algunos gerentes veteranos desestiman el nuevo método,
pero otros reconocen que deben fijarse menos en las debilidades y prestar mas atención acerca de
lo que estan haciendo bien sus empleados.
No es que las firmas quieran deshacerse del todo de los
comentarios negativos. Decir
las cosas negativas a veces motivan a la gente más efectivamente que las
alabanzas, indican los expertos de gestión. Los empleados anhelan las críticas más que las felicitaciones.
Los trabajadores quieren
saber en qué nivel se encuentran, e intentarán buscar evaluaciones en
todo tipo de conversaciones si no las reciben durante una evaluación de
desempeño. Los problemas
pueden crecer y los empleados se dan cuenta cuando sus colegas no están
haciendo bien su labor. Eso también es desmoralizador.
Lo
cierto es que la gente espera ser tratada de manera distinta.
PricewaterhouseCoopers, contrató a casi 9.000 empleados y
practicantes de universidades el año pasado, le pide a los gerentes que tengan conversaciones sobre
“perspectivas de carrera” sobre el futuro del empleado en la firma, en lugar de
evaluaciones centradas en los errores cometidos en el último año.
La firma también le pide al personal que envíe tarjetas electrónicas
elogiando a colegas o subalternos, y destina dinero para que los gerentes
repartan como recompensa por victorias.
La evolución no es mala: la gente rinde más cuando es motivada e inspirada.
Ante tácticas más blandas que surgen en todos lados,
desde los salones de clases hasta los campos de fútbol, quizás sea este un nuevo rumbo que están tomando
las cosas.
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