DOS RESPUESTAS:
1.- Esta
afirmación es una creencia personal y no es un hecho científico comprobado. La realidad es que todo no llega
a nuestra vida para bien. A veces, enfrentamos situaciones difíciles o
desafiantes, y no todo lo que nos sucede es necesariamente positivo. La vida puede ser impredecible y
a veces las cosas no salen como esperamos. Sin embargo, es importante recordar que
incluso cuando enfrentamos situaciones difíciles, podemos aprender y crecer a
partir de ellas, y eso también puede ser considerado un bien en nuestra vida.
2.- Amado Señor, todo llega a mi vida para el bien.
Una prueba es para crecer en fe, paciencia, desapego y fortaleza.
En lugar de preguntarme por qué estoy en una crisis, quiero preguntarme para qué: ¿qué necesito aprender?
Dios mío, tú eres amoroso, compasivo justo y, en medio de la estrechez, estás ahí, aunque te sintamos lejano.
Los seres buenos también atraviesan el árido desierto y pasan por la noche oscura.
No es un castigo, es un duro aprendizaje.
Me concedes, Padre bendito, paciencia en la adversidad, fe en medio del túnel y esperanza cuando sólo hay sombras.
Todo es pasajero y un día la luz vuelve a brillar.
Me ayudas a tener paz y no sufrir presionado por cosas innecesarias.
Tú cuidas de mí y me das serenidad y confianza.
Contigo puedo dominar las preocupaciones y la angustia.
En ti confío, Señor y actúo.
Creo que hay que orar como si todo dependiera de ti y actuar como si todo dependiera de mí.
2.- Amado Señor, todo llega a mi vida para el bien.
Una prueba es para crecer en fe, paciencia, desapego y fortaleza.
En lugar de preguntarme por qué estoy en una crisis, quiero preguntarme para qué: ¿qué necesito aprender?
Dios mío, tú eres amoroso, compasivo justo y, en medio de la estrechez, estás ahí, aunque te sintamos lejano.
Los seres buenos también atraviesan el árido desierto y pasan por la noche oscura.
No es un castigo, es un duro aprendizaje.
Me concedes, Padre bendito, paciencia en la adversidad, fe en medio del túnel y esperanza cuando sólo hay sombras.
Todo es pasajero y un día la luz vuelve a brillar.
Me ayudas a tener paz y no sufrir presionado por cosas innecesarias.
Tú cuidas de mí y me das serenidad y confianza.
Contigo puedo dominar las preocupaciones y la angustia.
En ti confío, Señor y actúo.
Creo que hay que orar como si todo dependiera de ti y actuar como si todo dependiera de mí.
NOTA: ME QUEDO CON LA SEGUNDA RESPUESTA
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