Puedes
sufrir mucho sin elaborar bien un duelo si no te ayudas y haces cosas como
estas:
Dejas la habitación del difunto igualita.
Debes cambiar cosas y hacer que luzca de otra manera.
Guardas las pertenencias o dar unas pero te aferras a otras con
apego que frena tu proceso y te roba la paz.
Guardas
las cenizas en casa.
Este apego doloroso es funesto y convierte tu
hogar en un cementerio.
Crees que debes ir al camposanto cada
domingo; así te ligas a la
muerte, no a la vida.
No
lloras, te aíslas y te incomunicas.
Entonces te guardas un dolor que terminará
enfermándote.
Evitas
hacer el duelo y te enfocas en trabajar más que nunca
y en dártelas de fuerte.
Un duelo, duele, pero hay que
procesarlo.
En el libro "Muerte un paso a la vida" hay ayudas, guía y herramientas.
Dejas la habitación del difunto igualita.
Debes cambiar cosas y hacer que luzca de otra manera.
En el libro "Muerte un paso a la vida" hay ayudas, guía y herramientas.
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