Es
curiosa la tradición de Incinerar un muñeco en la medianoche del 31 de
Diciembre y ojalá te mueva
a volver cenizas tus fallas.
Es un símbolo de purificación, de
borrar el ayer y de cerrar ciclos
y deseas lo mejor para el nuevo año.
La
decisión de dejar lo viejo y saludar lo nuevo es clave para poder liberarse de malas ataduras.
Si de
verdad te lo propones puedes terminar
con una relación sufriente o dejar un trabajo que ya no amas.
Quemar
un muñeco es solo un
llamado a soltar apegos, renovarte y cambiar las sombras por luz. Elige
una nueva vida.
¿Lo
quieres hacer?
¿Vas a
seguir sufriendo?
Refuerza tu fe en Dios y en ti y da un
salto. No te aferres a un pasado amargo, libérate.
Decir
"feliz año" es fácil, pero el reto es vivirlo.
¿Es
feliz año aquel que inicias alcoholizado o reñido con los que dices amar?
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