Me
acerco a ti.
Señor, y te invoco como Padre de amor.
Tu amor es infinito, eres una familia como
Padre, Hijo y Espíritu.
Recuerdo
a la Sagrada Familia y sé que en Jesús, José y María tengo el mejor espejo de
lo que es un hogar unido por el amor.
Te
pido, Padre bondadoso, por mis seres queridos y todos mis familiares;
bendícelos y protégelos.
Llévalos
por el camino recto y guía nuestros pasos en el amor, el bien y la verdad.
Que seamos capaces de perdonar las ofensas, superar las
discrepancias y valorar las diferencias.
Queremos acordarnos de ti en la prosperidad y en la
pobreza, en el gozo y en la desdicha.
Reina, Señor en nuestra familia y así
podremos conocer tu voluntad y
hacer solo el bien:
Ayúdanos
a cambiar el odio por perdón, la ira por paz, la envidia por admiración y los
juicios por la bondad.
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