Si así lo decides, la celebración del
nacimiento de Jesús puede darle un nuevo cauce a tu potencial.
Es una buena ocasión para examinar si
tu fe realmente es profunda
ya que solo así puedes resolver los acertijos de la vida.
Siempre es posible vivir un
renacimiento, tomar
un mejor rumbo y poner el
amor como primera prioridad.
No
caigas en la trampa de celebrar la Navidad de modo superficial y de verdad dale un toque espiritual.
Saca
tiempo para leer lo que se celebra en los evangelios de Lucas y Mateo, los dos
primeros capítulos.
La Novena y el pesebre unen, alegran, y
son más importantes que el árbol, el papá Noel y los otros adornos.
De
hecho solo el pesebre tiene
un vínculo real con Jesús y lo demás es parafernalia posterior linda,
comercial y no de fe.
Para
algunos Navidad es una especie de “carnaval seudo religioso”. Para ti una comunión amorosa con Dios
y los que quieres.
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