Existen varias razones por las que una
dieta alta en grasa y azúcar puede afectar el desempeño cerebral. Algunas de
ellas son:
- La grasa y el azúcar en exceso pueden
contribuir a la obesidad, lo que a su vez puede aumentar el riesgo de
enfermedades como la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular. Estas enfermedades pueden dañar los vasos
sanguíneos del cerebro, lo que puede afectar la función cerebral.
- Una
dieta alta en grasa y azúcar
puede provocar un aumento de la inflamación en el cuerpo, lo que puede
afectar la salud cerebral a largo plazo.
- La
grasa y el azúcar en exceso pueden
alterar los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede afectar la función
cerebral. Los cambios en los niveles de azúcar en la sangre pueden
afectar la capacidad del cerebro para recibir y utilizar la energía de manera
eficiente.
- Una
dieta alta en grasa y azúcar
puede contribuir a la pérdida de masa cerebral, especialmente en las áreas del
cerebro relacionadas con el aprendizaje y la memoria.
- Una
dieta alta en grasa y azúcar puede
afectar la producción de neurotransmisores, que son químicos que ayudan a
transmitir señales entre las células cerebrales. Esto puede afectar la
capacidad del cerebro para transmitir información de manera eficiente.
- La
grasa y el azúcar en exceso pueden
aumentar el estrés oxidativo en el cerebro, lo que puede dañar las
células cerebrales y afectar la función cerebral.
- Una
dieta alta en grasa y azúcar puede
afectar la capacidad del cerebro para regular el apetito y el peso corporal.
Esto puede contribuir a una mayor
ingesta de calorías y a un aumento de peso, lo que puede afectar la
salud cerebral a largo plazo.
- Una
dieta alta en grasa y azúcar puede
afectar la capacidad del cerebro para regular el estado de ánimo y el bienestar
emocional. Esto puede contribuir a trastornos del estado de ánimo como
la depresión y la ansiedad.
- La
grasa y el azúcar en exceso
pueden afectar la capacidad del cerebro para regular el sueño. Esto
puede contribuir a trastornos del sueño como el insomnio y la somnolencia
diurna.
Una dieta alta en grasa y azúcar puede provocar
inflamación en el hipocampo, una estructura cerebral relacionada con la memoria
a corto plazo, advirtió el Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
A través de un modelo desarrollado en su laboratorio, la investigadora y
sus colaboradores identificaron el impacto
a nivel cerebral de las condiciones que producen una resistencia a la insulina,
provocada por dietas altas en grasas y azúcares.
Después de someter a una rata a una ingesta continua de alimentos con
estas características durante una semana, encontraron que este tipo de dieta se
asocia a la resistencia a la insulina en las células del hipocampo.
Los científicos reportaron que existen alteraciones
estructurales, tales como menos espinas dendríticas, proteínas sinápticas y un
aumento de células glíales (encargadas de mantener la homeostasis
neuronal), además de que una proteína de la sinapsis, sitio en donde se
comunican las neuronas, estaba disminuida.
Existen grupos de investigación que han
demostrado que dietas altas en grasa y azúcar alteran el desempeño en tareas de
memoria de trabajo, conocida como memoria de corto plazo, pero no se había aún
descrito el efecto de este tipo de alimentación a corto plazo en el
hipocampo."Ésta es la primera parte de nuestro trabajo. Lo que queremos es
estudiar la reversibilidad del proceso; creemos que estos cambios son
adaptaciones que se dan a dietas que desarrollan resistencia a la insulina y
cambios bioquímicos, pero que probablemente
en ciertas condiciones puedan ser reversibles, sobre todo en este modelo que
tenemos de la exposición durante una semana", dijo.
Cabe destacar que un día en la rata equivale en promedio a 30 días en el
ser humano, lo que representaría que si una persona consume una dieta alta en
grasa y azúcar durante varios meses, podría sufrir estos cambios reversibles,
pero que de prolongarse pueden contribuir al decaimiento cognitivo durante el
envejecimiento."Nuestra aportación es dar
esta dieta combinada de alta grasa y alta fructuosa en un corto tiempo de
exposición a la rata y ver cómo responde bioquímica y estructuralmente una
región relacionada con fenómenos de memoria, que es una región de una alta tasa
metabólica y con altos cambios plásticos", señaló la investigadora.
Además, se espera conocer las alteraciones que conforme pasa el tiempo
son irreversibles, dañan el cerebro y
pueden estar asociadas con enfermedades neurodegenerativas.
Existen alimentos que favorecen el funcionamiento
de los órganos, incluyendo el cerebro, el cual suele ser muy cambiante y
plástico como respuesta a situaciones del medio ambiente. De ahí surge su
capacidad de recordar y aprender, aspecto que se conoce como plasticidad
cerebral.
Clorinda Arias comentó que un componente muy importante como los ácidos grasos poliinsaturados, es decir, los
omega 3, presentes en alimentos como el salmón y el aceite de oliva, son
fundamentales para la plasticidad del cerebro.
La universitaria dijo que también el
ejercicio físico es básico para producir moléculas que mantienen estados de
adecuado funcionamiento cerebral.
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