Cuenta la historia que una
turista occidental contemplaba, llena de admiración, el lindo collar de una
nativa en el Amazonas.
Estaban en un lugar cercano al río en el que abundaban los feroces caimanes.
La turista le preguntó: ¿De qué está hecho?
- Bueno, está hecho con
dientes de caimán, señora, -respondió amablemente la nativa-.
- ¡Ah, ya! Supongo que los dientes de caimán tendrán para ustedes el mismo valor que para nosotros
tienen las preciosas perlas.
- ¡En absoluto! La verdad
es que una ostra puede abrirla cualquiera.
Nota.
Los que alcanzan la iluminación comprenden que un diamante no es
más que una piedra a la que la mente humana ha dado valor.
El humano se deja seducir
por lo material y lo aparente sin ser consciente de lo que realmente tiene valor.
Razón tuvo el agudo pensador Oscar Wilde: “Muchas personas conocen el precio de todo y el valor de
nada”.
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