Durante su estadía en la Tierra, Jesús realizó milagros
que quedaron registrados en los evangelios.
Algunos son más conocidos que otros, pero, en general, estos demuestran el
carácter y personalidad de Jesús. Él utilizó diferentes formas de realizar milagros y cada una de ellas
son un testimonio de su gran poder y amor.
Jesús hizo muchos más milagros y proezas mientras estuvo
en la Tierra, pero no quedaron registrados por escrito. En el evangelio que Juan escribió, dice: ≪Jesús también hizo
muchas otras cosas, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni
aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir≫.
Esto nos da a entender que los milagros mencionados en la
Biblia sólo son una pequeña muestra de la grandeza de Jesús.
Sanó al siervo de un
centurión (Mateo 8:5-13; Lucas 7:1-10).
Calmó la tempestad (Mateo
8:23-27).
Expulsó a los demonios
(Mateo 8:28-34).
Sanó a un paralítico (Mateo 9:1-8).
Sanó a una mujer que
sufría de hemorragias (Mateo 9:18-26; Lucas 8:43-48).
Resucitó a la hija de un
magistrado (Mateo 9:18-26).
Liberó a un hombre
endemoniado (Marcos 1:23-28).
Sanó a la suegra de Simón
Pedro (Marcos 1:30-31).
Sanó a un leproso (Marcos 1:40-45; Mateo 8:1-4; Lucas
5:12-16).
Sanó a un sordomudo
(Marcos 7:31-37).
Alimentó a cuatro mil (Mateo 15:32-39; Marcos 8:1-10).
Transformó el agua en vino (Juan 2:1-11).
Sanó al hijo de un oficial
del rey (Juan 4:46-54).
Hizo una pesca milagrosa (Lucas 5:1-11; Mateo 4:18-22;
Marcos 1:16-20).
Resucitó al hijo de la viuda de Naín (Lucas 7:11-17).
Sanó a dos ciegos (Mateo
9:27-31).
Sanó a un hombre mudo y
endemoniado (Mateo 9:32-33).
Sanó a un paralítico (Juan 5:1-9).
Sanó al hombre de la mano
seca (Mateo 12:10-13).
Sanó un hombre
endemoniando que estaba ciego y mudo (Mateo 12:22; Marcos 3:20-30; Lucas
11:14-23).
Multiplicó cinco panes y dos peces y alimentó a más de
cinco mil personas (Mateo 14:15-21).
Sanó a la hija endemoniada
de una mujer cananea (Mateo 15:22-28).
Sanó a un muchacho
lunático (Mateo 17:14-21; Marcos 9:14-29; Lucas 9.37-43).
Sanó a un ciego de
nacimiento (Juan 9:1-38).
Sanó a una mujer que
estaba enferma por dieciocho años (Lucas 13:10-17).
Sanó a un hidrópico (Lucas
14:1-4).
Sanó a diez leprosos (Lucas 17:11-19).
Resucitó a Lázaro (Juan 11:1-46).
Sanó a dos ciegos que le
esperaban en el camino (Mateo 20:30-34).
Hizo que una higuera se
secara (Mateo 21:18-22).
Sanó la oreja de un hombre
(Lucas 22:50-51).
Realizó otra pesca milagrosa (Juan 21:1-14)
Resucitó de la muerte (Lucas 24:5-6).
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