Hoy
decido ser consciente de que mi mayor fortaleza radica en actuar con amor en mi
corazón, consciencia y coherencia.
Le digo a mi buen corazón: tú siempre ganarás y nunca
perderás en el sendero puro y recto del amor.
Repito con fe: encuentro dulzura en mi propio corazón para poder
encontrar dulzura en cada corazón.
A veces el dolor ahuyenta las hojas marchitas de mi jardín
para que nuevas hojas verdes puedan crecer.
Una nueva primavera después de la caída de las
hojas es una prueba de que
la vida sigue y me gozo una resurrección.
Para ser libre decido vaciar mi corazón de todo aquello que le pesa:
odios, rencores, culpas, rabias y tristezas atoradas.
Sí, Dios mío, lo hago y entonces puedo alegrarme con tu
amor.
Sano y suelto, y entonces mi
amor crece y aumenta.
Un
día todo se desvanecerá como un sueño y lo que permanecerá será lo que tenga de
luz o de sombra en mi ser.
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