Wilbur Scoville fue un químico
estadounidense que en 1912 creó una escala para medir el picante de ciertas
plantas.
Este brota de la capsaicina, molécula
presente en pimientos y chiles que activa la sensación de calor y dolor en la
lengua.
Al ser
ingerida se une a los receptores nerviosos de la lengua, responsables de esas sensaciones terribles.
La leche da alivio ante el ardor ya que contiene caseína,
sustancia que se une a la capsaicina y bloquea los receptores.
Bueno, ¿Cuál será el remedio ante el
ardor y el dolor que causa el picante de los envidiosos y los chismosos?
¿Hay algún tipo de leche para atenuar
los males de sus lenguas ácidas, cáusticas o viperinas?
Solo el amor y la conexión con Dios
calman los males y
ayuda a que los que hacen daño tomen conciencia y cambien.
Logra que tu lengua no cargue más
picante que un chile habanero.
Sé un
unificador, no un divisor.
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